


Perdido por Asia, eso ya sabia, pero en un país hostil, eso me helaba.
Por un lado hizo bien en no me decir nada, por otro, ya yo sospechara que la noticia no me gustaba.
En toda esta tormenta de guerras entre católicos y musulmanes, en que la vida humana no vale nada, me quedé rezando para que nada pasara.
Noticias agridulces,por lo que leo.
ResponderEliminarAl menos el silencio se ausentó,amiga..
Deseo lo mejor y mucha suerte en todo.
Sobre todo,buenas noticias...:-)
Un beso grande,Hanna.
ignoro lo que oculta la palabra, aunque intuyo lo que escribe el sentido...
ResponderEliminarsuerte
Mucho ánimo y un abrazo.
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